sábado, abril 21, 2007

MMC en 4º año medio: ¿Y qué es esto? ¿Verdad? ¿Mentira? Espacios fragmentados y trampas varias.




En el NM4 de la enseñanza media, los MMC están presentes en la relación que establecen actualmente con sus respectivos contextos de producción, esto es más específicamente, el discurso público. Al igual que en 2º y 3º medio, hay análisis crítico de los medios a través de análisis de textos, y a través del examen de los temas que tratan, de los registros de habla presentes, de la perspectiva del emisor y de las características de la situación comunicativa. La publicidad es retomada como objeto de estudio, y, en consecuencia, los estereotipos que determinan ciertas construcciones de las personas como seres sociales. En cuarto año medio, lo publicitario se estudia en relación a las dimensiones estéticas y éticas, tanto en las convicciones como en las innovaciones de cada una, aunque operen de manera conjunta.
De este modo, en relación al lenguaje, el lenguaje publicitario manipula a través de estrategias específicas: fónicas, sintácticas y morfosintácticas.
Lo que se pretende en este nivel, es que los alumnos desarrollen competencias que les permitan una recepción de ellos apropiada, es decir, crítica, responsable y fundada. Particularmente, porque los medios ejercen una gran influencia sobre las concepciones que las personas van forjándose a diario, y que condicionan, en consecuencia, sus opiniones, creencias, comportamientos, valores y actitudes.
En este nivel, el análisis que se hace de los medios, se construye en relación a los objetivos y valores de los alumnos, a fin de que logren formarse una opinión personal sobre los mensajes que se transmiten. Esto es, mensajes (información) que traten temas contingentes o de interés nacional, social, político, cultural, etc. No obstante, esos mensajes van construyéndose de modos diferentes. Por una parte, si bien en 1º año medio y hasta 3º medio el análisis de los MMC es, en su mayoría, sociológico, en 4º año medio es tanto sociológico como semiológico, ya que profundiza mucho más la presencia del lenguaje y de su tratamiento en la información: su utilización, y sus modos de conquistar a las audiencias. Sin embargo, la educación no debería basar sus principios en salvar o proteger a los estudiantes instándolos a censurar ciertos mensajes o a limitar sus elecciones. La mayor parte de las veces, los juicios lineales expresan conceptos que sólo consiguen alejar aún más al profesor de los consumos culturales de sus alumnos. Utilizar inadecuadamente el metalenguaje puede ser nocivo para los alumnos, por lo que en lugar de establecer estos juicios, sería mejor buscar entender junto con los estudiantes, las relaciones que se establecen entre el lenguaje de los medios y sus efectos en la sociedad.
Es importante señalar, que es este nivel queda implícito el hecho de que los medios ejercen formas distintas de poder: deciden qué información se incluye o excluye; deciden cómo tratar lo que se está representando, y determinan qué comportamientos, por ejemplo, son naturales y normales en la sociedad, a través de la constante reiteración de las representaciones del mundo. En otras palabras, crean “la norma” con mensajes que producen instrucciones cuyos dispositivos inducen a variadas lecturas. La tarea del docente en este caso, es estudiar junto con el alumno, la manera en que las audiencias asumen la información que decodifican e interpretan y el modo en que transforman su forma de vivir. Se debe analizar el contexto de producción y recepción, a fin de comprender las formas de agrupación social y las de identidad que los MMC contribuyen a legitimar.
En cuanto al grado de verdad de un par de correos electrónicos que circulan por internet, puedo decir que es mínimo, ya que no hay fuentes de respaldo, lenguaje adecuado, formalidades mínimas y necesarias. Son cacofónicos, como cuando hay muchas ventanas abiertas en un computador.

viernes, abril 20, 2007

La mejor manera que tengo de recordarme



Jamás se enterará de que le escribo cada vez que puedo. Nunca sabrá que bastaría con pedirme la vida, para darle inmediatamente la mía.

Ada:

Hoy me declaro paías independiente.
Hoy declaro que mis creencias
no tienen la culpa.
Hoy recordé quién soy y a qué he optado.
Este es el minuto preciso, aquí
debo hacer una pausa.
Prolongada.
De profesión pobre y de trabajo sin sentido. Hoy he perdido
mis habilidades.
¿Será que tengo derechos?
Proclamo que NO SE DEBE SUFRIR.
Y que yo, DEBO GUARDAR SILENCIO.
Hoy callaré las definidas razones.
Hoy renuncio. Hoy he muerto.

viernes, abril 13, 2007

Presencia de los MMC eN 3º medio. Manipulación: ¿El que subordina es el subordinado?


Más allá de los consensos, la definición de la presencia activa de los MMC en la enseñanza media – en este caso en el NM3- suele ser últimamente, motivo de debate en el mundo de la educación. Hace algunas semanas, sostuve una conversación con una persona que piensa que la educación centrada en los medios, se basa solamente en el estudio de sus efectos manipuladores, en especial los de la televisión. En efecto, pude percatarme de que su idea de los medios en la educación es la de que éstos deberían, entonces, ocuparse realmente de analizar la manera en que la violencia, el sexo y el racismo representados en las distintas programaciones de los medios, tales como la radio, la televisión, revistas, periódicos, videojuegos, y más actualmente en Internet, se reflejan en el comportamiento de los alumnos. En consecuencia, un análisis causal. No obstante, hay otras maneras de tratar el efecto de los medios.
En el NM3, el subsector de lenguaje y comunicación aborda los medios de comunicación masivos a través de la dimensión argumentativa, es decir, a partir de la presencia de los mensajes de los mass media en el discurso argumentativo, además, obviamente, de los procesos de persuasión utilizados. El que los alumnos identifiquen las marcas de elementos tales como la persuasión, el convencimiento, las dimensiones retóricas presentes en diferentes mensajes emitidos por los medios, dará lugar a que juzguen de modo crítico el grado de verosimilitud de la información emitida y, posteriormente decodificada, que los soportes mediáticos generan mediante el tratamiento de lo que comunican, esto es, de sus géneros específicos. Es así que en 3º medio, adquiere fuerza (más que en los otros dos niveles anteriores, a mi juicio) la noticia como construcción de la realidad social, y la publicidad, la cual no constituye ninguna base o soporte, sino un elemento que se vale de los MMC, que los utiliza como forma de comunicación. En este caso, de forma reguladora, ya que quien comunica trata de ganar determinados círculos o al público en general, a fin de acercarlos a sus intereses sociales, económicos o políticos. La propaganda utiliza lenguaje retórico usualmente: la persuasión y el convencimiento (los alumnos deben diferenciarlos), lo que genera actitudes específicas para específicos públicos, para estereotipos instalados y por instalarse. En consecuencia, se puede decir entonces, que la publicidad vive de los medios, aunque a mi juicio, la relación es más simbiótica de lo que se cree.
De cualquier modo, no está de más decir que como efecto de lo anteriormente dicho, surgen situaciones importantes, que atañen directamente al alumnado: la relación de los medios con los diferentes públicos. Y claro está, ya que de ello se desprende la relación de los alumnos como audiencias diversas con los medios; la construcción de sus identidades en cuanto a la exposición de los estereotipos que se ofrecen y, sobre todo (y lo más importante) el aprendizaje de los estudiantes, condicionado por factores socioeconómicos y culturales, además del mismo condicionamiento que provoca el fenómeno mediático. Así, entre el encanto y el espanto, los MMC se han movido entre la desconfianza y la condena, más que entre la aceptación y el reconocimiento. No obstante, hay que recordar que desempeñan un papel importante en la educación y en otras áreas. Actualmente las identidades de los alumnos se configuran en el encuentro del texto escrito, con la imagen (que proyecta Internet) y la cultura popular; con el consumo comercial, la televisión, la radio, los recitales de música, y con las nuevas tecnologías que modifican, en consecuencia, la percepción que tengan de la realidad, del mundo en general, y de su entorno: familiar, de pares, académico.
Cualquier valoración por parte de los estudiantes responde, creo, a las exigencias sociales actuales que los mismos MMC se encargan de proyectar. Es así que mientras un alumno de clase pudiente accede a la información desde su casa –esto es, que interactúa con el medio informacional y comunicacional- un alumno de clase baja o “popular”, por así decirlo, posee un espacio limitado para acceder a la información, la que se da, generalmente, desde la escuela. La interacción que mantiene con la tecnología es pobre, tanto en el acceso como a la información que extrae. Si bien no está totalmente excluido de la cultura mediática y tecnológica, las instancias en que hay aprendizaje dista mucho de lo que se espera.
Se supone que los medios son siempre educativos, en la medida en que influyen sobre lo que los alumnos aprenden en el aula y sobre el modo en que lo hacen. Los medios, en este caso, “enseñarían contenidos” (sobre los conflictos en medio oriente, sobre el código genético, sobre los trastornos alimentarios, etc.) y también “conductas” (a comer adecuadamente, a hablar correctamente, a no descuidar el aseo personal), sin embargo, tanto los contenidos como las conductas emitidas, se orientan a determinar el conocimiento y el comportamiento del público blanco, de modo que el consumo cultural perjudica el proceso de enseñanza aprendizaje (bajo ese punto de vista).
A mi parecer, en la educación, y sobre todo en 3º año medio, los MMC entregan dos tipos de conocimiento: uno cognitivo y otro social. No es raro, entonces, pensar en que mientras un alumno “x” aprende contenidos al acceder a la información y al estar expuesto a los mensajes, aprende también prácticas sociales que más temprano que tarde adoptará como parte de su conducta cotidiana, tanto dentro como fuera de su vida académica.
En resumen, está claro que quienes “controlan” los medios y producen información, tienen ventaja respecto de quienes preferentemente sólo los consumen. De este modo, esta instancia es capaz de gestionar e influir en los comportamientos de las personas que viven en sociedad y para poder lograrlo, se valen de los medios; la publicidad de vale de los medios, y ésta del lenguaje. Cuando las culturas en contacto tienen diferentes fuerzas, es posible que una adopte en mayor grado los términos de la otra. Así, actualmente es posible ver un estilo de vida semejante en muchos lugares del planeta, incitado por los medios. En todo caso, resaltaré lo siguiente: como docentes no debemos bombardear a nadie con nuestro humanismo en vías de extinción a los efectos negativos de los medios, en relación con el consumo que los alumnos hacen de ellos; es mejor que generemos un espacio de verdadero análisis, de crítica, a fin de que haya espacio para una actitud intermedia y no extremista: algo así como entre la esperanza optimista y la catástrofe. Es mejor (considero) que no aceptar las ambivalencias, posibilidades, contradicciones y limitaciones de los medios. Pero por sobre todo, no hay que olvidarse de que las personas a las que educamos no son sólo consumidores compulsivos de la cultura mediática. Son personas con experiencias, con una vida en vías de construcción; con recuerdos, familias, credos, sentimientos y emociones, con lenguajes y costumbres que les dan voz propia. Algo importante para pensar. Revaloricemos y resignifiquemos nuestra labor.