martes, agosto 21, 2007

La espera más larga que he de vivir, y la mejor de todas

Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que abría este blog para decir alguna cosa. Ahora recuerdo que la mayor parte de las veces en que lo hice, las horas fueron muy claves, porque cierta desesperación por hacer "gráficas" mis ideas apremiaba. Sin embargo, hoy simplemente tomé la decisión de escribir porque este tiempo para mi es nuevo, completamente novedoso e inocente. Mientras tenga que esperar por este nuevo ser que pisará la tierra, Dios mediante, en marzo del año próximo, mis ideas y mi escritura estarán más condicionadas por la incertidumbre, por las cosas que se han de hacer, por las decisiones, por los cambios, por las dudas que tenga al respecto de esta pronta existencia más desarrollada, porque creo que por ahora es mejor que no se entere de las porquerías de este mundo al que quise traerlo.
Respiro. Pienso en el egoísmo severo de muchas personas y en la estupidez prolongada de la vida, que a medida que pasa el tiempo va siendo una estupidez más segura, menos inmadura, por así decirlo. Muchas cosas ahora se conjugan en mi corazón, sobre todo porque ahora ya laten dos corazones en mi cuerpo, pero en realidad a diario somos tres corazones, y nuestros latidos desfasados se comunican para avisarnos que todo va bien, que todo irá bien.
Soy inmensaemente feliz al saber y, sobre todo, al percibir que cuando llego a ver a las personas que más amo en el mundo, ya somos 7 corazones latiendo desfasadamente... y un latido apoya al otro y así, hasta llegar a mi mayor novedad, a esta pequeña vida que llevo dentro de mi, y que me completa aún más.